DESEOS INCOMPRENSIBLES
Los
grandes océanos silban, reflejando la
vida humana, proclamando la buena enseñanza de una cultura sin horizonte y
razón, que en un tiempo la información inservible degrado la existencia humana.
Este a
su vez pertenece al universo grandioso, juntos (grandes océanos-universo
grandioso) lloran para purgar la pena de
los seres vivientes que han colmado la
existencia de nefastas basuras.
Seres que sus pensamientos son poco razonables, ya
que “parir” ideas majestuosas es tan complejo como tratar de vaciar con mis
manos el mar, o tratar de no respirar.
No
obstante, el círculo se completa con la entrada en escena de la naturaleza, la
cual colma mis sentidos de susurros
incomprensibles.
La naturaleza
desde su majestuosidad pone en escena a los pájaros cantores, los cuales susurran al oído con voz tenue “cierra tus ojos y ve con los de tu alma” y
asi entenderás el nivel devastador de tus acciones en el afán de acaparar cuanto
a tu alrededor existe.
Es tan
cruel el desorden biológico que se puede decir que del “cielo llovían tristezas”,
las cuales inundaban los ricos mares que
saciaban la sed de los hombres individualistas
y egocéntricos. Mares cuyas olas eran gobernadas por un dios, el cual era
despertado todas las mañanas por el sonido del viento. El dios del mar dirigía
su mirada al cielo donde se situaba la luna oscura. Ésta le contaba lo que
sucedía con la humanidad. Desconcertada afirmaba que nada era igual, la gente
se olvido de reír, el astro sol le cuesta tanto salir. Estas palabras
detuvieron el tiempo, y por un momento nos ubico cerca de un agujero negro,
lugar donde los segundos, minutos y horas no existen.
Por
último dirigió éstas palabras a los allí presentes; los seres humanos, son los más extraños sobre la
fax de la tierra, comen sin tener
hambre, beben sin tener sed y hablan sin tener nada que decir. No bastándoles
con esta serie de incoherencias crean ejércitos para extinguir a su propia
especie.
Los días
de la humanidad y de todo cuanto lo rodea, depende de cuánto dure el reloj de
arena, aclarando que cada comportamiento humano irracional en pro de la destrucción
del planeta tierra disminuye la arena situada en la parte superior del reloj
(vida), acumulándose toda en la parte inferior del mismo (fin de la humanidad)
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