sábado, 24 de noviembre de 2012

DESEOS INCOMPRENSIBLES
Los grandes océanos silban,  reflejando la vida humana, proclamando la buena enseñanza de una cultura sin horizonte y razón, que en un tiempo la información inservible degrado la existencia humana.
Este a su vez pertenece al universo grandioso, juntos (grandes océanos-universo grandioso)  lloran para purgar la pena de los seres vivientes que han  colmado la existencia  de nefastas basuras. Seres   que sus pensamientos son poco razonables, ya que “parir” ideas majestuosas es tan complejo como tratar de vaciar con mis manos el mar, o tratar de no respirar.
No obstante, el círculo se completa con la entrada en escena de la naturaleza, la cual colma mis sentidos de susurros  incomprensibles.
La naturaleza desde su majestuosidad pone en escena a los pájaros cantores,  los cuales susurran  al oído con voz tenue  “cierra tus ojos y ve con los de tu alma” y asi entenderás el nivel devastador de tus acciones en el afán de acaparar cuanto a tu alrededor existe.
Es tan cruel el desorden biológico que se puede decir que del “cielo llovían tristezas”, las cuales inundaban  los ricos mares que   saciaban la sed de los hombres individualistas y egocéntricos. Mares cuyas olas eran gobernadas por un dios, el cual era despertado todas las mañanas por el sonido del viento. El dios del mar dirigía su mirada al cielo donde se situaba la luna oscura. Ésta le contaba lo que sucedía con la humanidad. Desconcertada afirmaba que nada era igual, la gente se olvido de reír, el astro sol le cuesta tanto salir. Estas palabras detuvieron el tiempo, y por un momento nos ubico cerca de un agujero negro, lugar donde los segundos, minutos y horas no existen.
Por último dirigió éstas palabras a los allí presentes;  los  seres humanos, son los más extraños sobre la fax de la tierra,  comen sin tener hambre, beben sin tener sed y hablan sin tener nada que decir. No bastándoles con esta serie de incoherencias crean ejércitos para extinguir a su propia especie.
Los días de la humanidad y de todo cuanto lo rodea, depende de cuánto dure el reloj de arena, aclarando que cada comportamiento humano irracional en pro de la destrucción del planeta tierra disminuye la arena situada en la parte superior del reloj (vida), acumulándose toda en la parte inferior del mismo (fin de la humanidad)

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